A todos nos golpeó y el que diga lo contrario miente
Estos dos años a todos nos golpeó y el que diga lo contrario miente.
Han sido más de dos años de pandemia, de una vida diferente, de un encierro forzado, de momentos de introspección, de aislamiento y al mismo tiempo, de unión. Momentos de miedo, de nervio, de ansiedad, combinados con momentos de felicidad.
No hablare de este virus famoso, “coronavirus”, ni de “delta” ni de “omicron.” El tema ya cansó. Más bien hablaré de cómo a todos nos golpeó y el que diga lo contrario miente.
Muy al principio, todos empezamos muy comprometidos y dispuestos a vivir el encierro. Nos dedicamos a limpiar closets, arreglar y tirar papeles, a limpiar nuestras fotos, archivos, celulares y computadoras.
A todos nos golpeó, y el que diga lo contrario miente.
En mi caso personal, yo los primeros meses me dedique, cómo mencione anteriormente y cómo me imagino, varios lo hicieron, a limpiar closets. ¡Me encontré ropa que ni siquiera sabia existía! ¡Bien padre!
La siguiente semana me pase a la cocina. Tire sartenes y ollas y por supuesto, mientras lo hacía, apunte que era lo que necesitaría reponer.
Y así pasaron los días, semanas y meses.
A todos nos golpeó y el que diga lo contrario miente.
Con emoción, empecé por primera ves a abrir los mails que me llegaban de las diferentes plataformas de entretenimiento ofreciendo películas y series y arme mi nueva librería de películas.
Organice menús de comida y evite ir a la despensa a ver que me podía comer por el aburrimiento. Como varios de ustedes, me armé mi gym casero, compre bici, pesas y de más. Planeé mis horarios para poder hacer varias cosas en un día sin sentirme encerrada.
Ejercicio, desayuno, leer, estudiar, ver series, etc.
Una vez acabada toda la limpieza y reacomodo me seguí con la organización de fotos de mi celular, limpieza de chats, música y tontería y media. Transferí mis fotos a la computadora para vaciar la memoria. Me compre una funda nueva y así de cierta manera como que me sentí que estaba estrenando celular con nuevo “look” elegante y fashion.
Ahora, siguiendo en este encierro le toco limpieza a mi computadora. Por suerte, esta la tengo protegida con una carcasa. Ya que esta labor de limpieza la hice mientras tomaba café o comía.
Una vez en mi computadora, la conecte a un disco duro externo Lacie para pasar varios archivos, y fotos y de esa manera vaciar la memoria y tener todo almacenado en el disco externo.
Y así se fueron los meses….
A todos nos golpeó y el que diga lo contrario miente.
Empezaron las vacunas lo cual me causaron un estrés impresionante. El miedo del contagio, viajar, ver gente, ir a reuniones…. Entre conseguir citas, que si te quitaban la visa, que si la edad, que si hay síntomas adversos. El ver las noticias, el escuchar quién se contagió y que debíamos de hacer. Una época bastante difícil. Pero aun así, me di a la tarea de convencerme que habría luz al final del túnel.
Aprendí a divertirme sola, a ver a un grupo de gente muy reducido. A usar cubre bocas, sana distancia y gel. Aprendí a dejar mis actividades usuales y hacer ejercicio, correr y estar sola. Aprendí a disfrutarme a mí misma.
Me volví fan de los rompecabezas y legos, de volver a encontrar el gusto de leer y hasta de ver televisión, experta en las compras por internet y un crack manejando aparatos de computo. https://www.clubmac.mx
Pasaron los meses, y ahora a dos años, me doy cuenta de todo lo que a transcurrido. Desgraciadamente, perdí gente muy querida, pero por otro lado, estudié tres diplomados, corrí un medio maratón e hice varios otros virtuales, aprendí a valorar lo que tengo y agradecer el cariño de muchos a mi alrededor, además de sentirme muy afortunada de tener salud.
Ahora, nos preparamos a dejar este encierro atrás, a volver a lo que era… ¿pero qué era eso… “era”? no se… ¡me pregunto!
Lo que antes “era” ya no es porque cada día es nuevo. Lo que “era” ya fue, ahora es hoy.
¡Abramos la puerta y demos ese paso para adelante!
A todos nos golpeó y el que diga lo contrario miente …